Perdida entre los balcones colgantes de Babilonia, aspiro el aroma de flores de otra época, de imágenes que escapan a la memoria, recorridos que jamás pasarán de moda, velos orientales cubriéndolo todo, cierta armonía que escapa a las miradas de los nuevos espectadores desde su sillón.
Jardines colgantes como fuegos artificiales alumbrando a la noche, juegos de azar sin un objetivo concreto, azmicle en el aire, pétalos reinando en la cúspide occidental, el goteo incesante del río al pasar, arrastrando pequeños retazos de recuerdos que no avanzan en la historia, sí, son arrastrados hacia la orilla del presente, dejando en el camino esa mezcla aromática que cubría la atmósfera, esa serenidad, esa esperanza, esa agonía, que como el mártir a la hoguera se esfumó en su último suspiro, como a otros tantos la fe lo emborracho de recuerdos sin sentido, lo abofeteó sin que se diera cuenta........
Jardines de Babilonia viven en el recuerdo, como el Faro de Alejandría, mitos en la lejanía, como en una orgía bacanal el caos los hizo dueños de cuentos fantásticos en los que ya nadie cree, como en la vida, la muerte los hizo suyos, como en la vida el beso mortal los cautivó.
En los jardines colgantes me encuentro, paseando con la sombra de Hammurabi, tras la muralla del hoy, el presente corrosivo, tras esta muralla todo es paz, serenidad, fantasía, éxtasis, fuera mis cumbres borrascosas me siguen, es mi sino, tras la muralla no soy nada, la vejez de otro día que se adentra en mi alma, vómitos de ilusiones que quedaron a la deriva en el lejano mar de las costumbres adquiridas........
Aquí en el jardín colgante, otra vida.....A lo lejos la esperanza corrompida.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario